Con el evocador título “Acompañar desde la geada: ser, estar, sumar”, el Club Balonmano Morvedre ha inaugurado este miércoles una nueva iniciativa pionera: la Escuela de Familias. Cerca de 50 personas, entre asistentes presenciales y participantes en línea, compartieron un espacio de reflexión y aprendizaje sobre el papel emocional de las familias en el desarrollo deportivo y personal de las jugadoras.
La sesión inaugural, celebrada en el Pabellón René Marigil, fue conducida por Albert Llueca, presidente del club, quien dio la bienvenida con un mensaje claro: “Nuestro compromiso va más allá del deporte. Queremos cuidar las emociones, construir comunidad y hacer del club un espacio seguro para crecer”. Llueca destacó que el proyecto nace de la voluntad de fortalecer el vínculo entre familias y club, y de ofrecer herramientas para acompañar a las jugadoras desde la empatía y el respeto.
La sesión contó con la participación de Ana Corrales, psicóloga del club, quien expuso las claves para un buen acompañamiento emocional: validar las emociones, escuchar sin juzgar y celebrar el esfuerzo. También intervino Alberto Lanza, árbitro territorial, quien aportó una mirada desde la convivencia en la grada y el respeto en el entorno competitivo.
Uno de los momentos más enriquecedores fue la dinámica participativa “Situaciones reales, respuestas posibles”, donde las familias compartieron vivencias y dudas, generando un diálogo sincero y constructivo. La sesión concluyó con una propuesta de compromiso: tres gestos de acompañamiento positivo que cada familia puede aplicar en su día a día.
La Escuela de Familias tendrá continuidad con sesiones periódicas que abordarán temas como la comunicación asertiva, la gestión de conflictos o el papel educativo del deporte. El Club Balonmano Morvedre reafirma así su apuesta por una formación integral, donde el juego, las emociones y la comunidad van de la mano.